Otro caso de impunidad, otro caso de gatillo fácil, que por suerte, por azar del destino no culmino en muerte de Ezequiel Reinoso. Aunque si terminó en la liberación de los únicos dos acusados, los policías Leonardo Cisneros y Sebastian Stopello.
El sábado 14 de febrero de este año, Ezequiel le había pedido a un amigo de su papá la moto para ir a un partido de fútbol. Por la ruta 9, vio que había algunos uniformados que le hicieron señas a él y otro motociclista que iba detrás. Se detuvo y al ver que solo se acercaron a la otra moto, concluyo que no era a él a quien le habían hecho señas. Al salir nuevamente a la ruta, unos metros mas adelante, sintió un impacto en la espalda. Avanzó un poco más y tuvo que detenerse, llamar a su padre y su amigo para que lo vayan a ayudar. Le habían perforado el pulmón con el disparo, ingreso en terapia intensiva y fue ahí, en la cama inconsciente, cuando un policía llego al hospital y lo esposó a la cama.
Al día siguiente el padre, Ramon Reinoso, fue a hacer la denuncia y se encontró con que habían imputado a su hijo por desobediencia a la autoridad. La historia de los policías que le dispararon, era que Ezequiel iba a acompañado con otro joven, que ambos iban armados y habían disparado hacia el control. Cosa que fue luego desacreditada, por los mismos testigos que estaban en la situación.
En comunicación con el papá, expresó: "Somos victimas, esta gente no piensa. Desde entonces, todos los días tengo que llevar a Ezequiel a urgencias porque no puede respirar. Le cagaron la vida y ellos como si nada, que podemos esperar de esta gente si tienen impunidad. Ahora están juzgando a dos policías, pero no son solo ellos."
El sargento Cisneros, el presunto autor del del disparo que hirió gravemente en la espalda a Reinoso, recuperó la libertad tras abonar una fianza de 40 mil pesos y fue pasado a situación pasiva. En tanto, el jefe del operativo Sergio Stopello quedó libre sin necesidad de abonar una fianza.
