Recopilación de casos de personas asesinadas por el aparato represivo del estado 1983/2012.
Hace un año, el triunfo electoral de Cristina Fernández de Kirchner vino acompañado de una nueva ley antiterrorista, que, con el apoyo de todo el arco opositor, se suma a otras ya existentes, sancionadas por el kirchnerismo cumpliendo órdenes del imperialismo.
Con la aplicación de esta ley, se duplican las penas de cualquier delito “que hubiere sido cometido con la finalidad de aterrorizar a la población o de exigir una medida a las autoridades”. Era la primera señal que daba el gobierno sobre lo que sería su política represiva para 2012. Cualquier militante o activista puede ser acusado de terrorista por participar de medidas de lucha reclamando trabajo digno, vivienda, salario, salud, educación, etc.
Así como ya lo hiciera años anteriores, responsabilizando a las provincias de varios hechos represivos, el gobierno sigue buscando formas para preservar su discurso de defensor de los DDHH. De este modo, hace aparecer como consecuencia de internas dentro del gobierno, acciones que sólo son su responsabilidad: la continuidad de una política represiva frente a la lucha. Un ejemplo de esto fue el arribo de Sergio Berni, fascista reconocido, excarapintada, al ministerio de Seguridad, en reemplazo de Cristina Caamaño. Famoso por ser, durante los últimos diez años, el interlocutor del gobierno con el movimiento piquetero, tuvo encomendada la tarea de aplicar una política de mayor represión sobre las organizaciones populares que salieran a luchar. Mediante la saturación de gendarmes en
A esta política de represión selectiva, aplicada a quienes protestan contra el gobierno o las empresas, se suma un claro perfeccionamiento de la política de represión preventiva aplicada a los sectores más humildes a lo largo y ancho del país. A la militarización de los barrios pobres del sur de
Este perfeccionamiento de la política represiva nacional, es la respuesta del “gobierno de los derechos humanos” ante una realidad que ya no puede ocultar aunque lo intente: la crisis capitalista mundial ha desembarcado en
En forma paralela, este gobierno sigue necesitando desarrollar diferentes variantes para obtener consenso y evitar así pagar el costo político de la resolución de conflictos a través de la represión. Una de ellas ha sido, durante este año, la utilización nuevamente de la “preocupación por los derechos humanos” para dirimir internas con eventuales rivales políticos, de cara al 2015. En la provincia de Buenos Aires, el kirchnerismo pretendió dirimir la interna con Scioli mediante la utilización, a su favor, de diferentes hechos represivos en las cárceles bonaerenses. Así se lo vio desfilar al vicegobernador Mariotto aparentemente consternado por algo que es una realidad desde hace años, y por la que nunca se preocuparon. Nadie en el gobierno, ni nacional ni provinciales, desconoce las condiciones en las que viven miles de presos, la mayoría aún sin condena, sometidos sistemáticamente a torturas, y utilizados por el servicio penitenciario para robar o vender droga. Ni qué hablar de las condiciones infrahumanas en las que se encuentran las cárceles en las que habitan. Y tanto es así que no les preocupa el tema, que, a pesar de la visita de los funcionarios, un organismo oficial como
En la misma línea del pase de factura entre distintos partidos que gobiernan, en la provincia de Santa Fe,
A su vez, esta política se practica al interior del mismo kirchnerismo. Las internas entre el ministerio de Seguridad y
Dentro de esta política integral, no puede dejarse de lado la represión paraestatal protagonizada por patotas, generalmente de la burocracia sindical, y sicarios contratados por empresarios que se benefician con el modelo “nacional y popular”. El juicio por el asesinato de Mariano Ferreyra, en el que CORREPI participa como representante de una de las querellas, junto con APEL-PO, viene demostrando la íntima relación entre los intereses de los empresarios, de la burocracia sindical y de los gobiernos de turno, incluido el kirchnerista. Como venimos diciendo desde el 20 de octubre de
Esta realidad es invisibilizada permanentemente por las empresas de medios de comunicación, al presentar a hechos represivos similares, protagonizados por fuerzas de choque paraestatales, como enfrentamientos gremiales, entre fracciones sindicales, levantando en todos los casos, una suerte de teoría de los dos demonios, ornamentada a los tiempos que corren. De hecho, en un principio, el crimen de Mariano fue presentado también como un enfrentamiento entre fracciones del sindicato ferroviario.
Ha sido la movilización popular la que obligó al gobierno nacional a echar lastre y soltarle la mano a Pedraza, su patota, y a los policías. Sin embargo, la complicidad con este crimen involucra a miembros del gabinete de gobierno, por lo que, como también no nos cansamos de repetir, todos los que están son, pero no están todos los que son responsables del crimen.
Por el otro lado, mientras el gobierno, los empresarios y las patotas están protegidos por el poder judicial, se criminaliza a quienes salen a pelear por sus reivindicaciones. Quienes enfrentan a las patotas y a la represión oficial, son perseguidos mediante el armado de causas, donde se les imputan delitos con penas gravísimas, por conductas que no lo son, como el reclamo de legítimos derechos laborales o sociales. Con esto se busca, no sólo perseguir a los luchadores, sino desarticular la organización popular y permitir, en muchos casos, el inicio de juicios de desafueros a los delegados, en base a esas imputaciones penales.
Nuevamente, los medios masivos de comunicación juegan un papel fundamental en la generación de consenso de esta política de criminalización, al mostrar hechos de protesta legítimos, como delitos de interrupción del tránsito, de usurpación, etc. Sin embargo, en el reciente motín de prefectos y gendarmes, esos mismos medios lo presentaron como si fuera un legítimo reclamo de trabajadores y dieron aire suficiente para que los verdugos del pueblo pudieran decir lo que quisieran.
Son estos mismos medios los que no titubean en titular “
Esto no es más que una breve reseña de lo que a continuación muestran los números concretos volcados en el archivo sobre la situación represiva en nuestro país desde 1983 hasta la fecha.
Miles de asesinados por el gatillo fácil y la tortura, asesinados en la protesta social, cientos de presos políticos, miles de procesados por razones políticas, centenares de desaparecidos.
Quienes luchamos diariamente por un cambio en nuestra sociedad, nos enfrentamos a este aparato represivo que sirve a un estado dispuesto defender con uñas y dientes los intereses de quienes dominan.
Y es por eso que impulsamos con todas nuestras fuerzas la lucha y la organización para enfrentarlo. En este camino contamos con un gran número de compañeros y organizaciones que luchan codo a codo en todo el país. Son los compañeros que, junto a nosotros impulsan el Encuentro Nacional Antirrepresivo, una herramienta que hace posible visibilizar nuestra lucha y hacerla más fuerte.
Cada vez más, compañeros, unimos nuestras fuerzas y levantamos juntos una bandera: Contra la represión, organización y lucha.