Este lunes 19 de
septiembre se llevó adelante la última audiencia del juicio por el
Femicidio de Romina Ríos. En esta larga jornada el tribunal escuchó
en la primera parte los últimos cuatro testimonios que aportaron
información sobre el caso, y en una segunda y última parte, toda la
sala escuchó los alegatos de la parte defensora y querellante, como
así también el del fiscal Gustavo Zalazar. Por último, el imputado
Ortiz pidió unos minutos para dirigirse al tribunal de este juicio.
En las primeras
horas de este lunes comenzó la última audiencia por el Femicidio de
Romina Ríos, donde prestaron declaración los últimos cuatro
testigos del caso, y donde se dio lugar a los alegatos de ambas
partes y fundamentalmente los del fiscal.
La segunda parte de
este audiencia fue muy esperada por la familia de Romina, como así
también por parte de los amigos y organizaciones que están
acompañando el proceso afuera del tribunal, a lo largo de cada
audiencia. Esperábamos escuchar los alegatos, principalmente porque
es la parte del proceso donde comienza a percibirse cuál será la
pena para el imputado y cómo se darán las cosas en la sentencia del
juicio.
Comenzó el abogado
querellante, Sebastián Andrada, quien hizo hincapié en la relación
que existió entre Pepe Ortiz y la víctima, cuando ella tenía 14 o
15 años de edad, y se refirió también a que aquel encuentro del 5
de febrero de 2015 no fue casual, sino que se encontraban seguido y
que la investigación de los teléfonos móviles comprobó que era
Ortiz quien le escribía constantemente a Romina para que se
juntaran. Además el abogado de la familia Ríos, insistió con que
Pepe Ortiz realizó el crimen de forma premeditada y que no actuó
solo, y dijo que las declaraciones del imputado resultaban
contradictorias.
Seguidamente se sumó
a la ronda de alegatos el fiscal Gustavo Zalazar, quien fue bastante
contundente en pedir prisión perpetua para Pedro Ortiz,
fundamentando su pedido en el obrar del imputado antes, durante y
después de ocurrido el hecho. De esta forma el fiscal habló del
vínculo que existía entre las partes, datos arrojados por distintos
testigos que fueron citados en las distintas audiencias del juicio,
colocándolo a Ortiz en una situación diferente. Por otra parte
Zalazar se refirió a que es complicado trasladar un cuerpo inerte en
una moto de 110cc que tiene un porte pequeño, y por la zona donde
ocurrió el hecho (refiriéndose al traslado del cuerpo hacia la zona
sur). El fiscal habló de la hipocresía de Pedro Miguel Ángel
Ortiz, quien simulaba buscarla a Romina, y que no siendo esto
suficiente es Ortiz quien se dirige a la casa de la familia para
preguntar si había novedades. Destacó también que un arma “no se
dispara sola”, y continuó diciendo que “Ortiz debía tener
conocimientos básicos de la escuela de policía” y por ende sabía
cómo manipular un arma, alegando así la culpa de Ortiz en todo lo
acontecido. Por último y para finalizar su alegato, el funcionario
le planteó la necesidad de juzgar el caso dentro de las
legislaciones de las leyes que contemplan la violencia de género y
la seguridad y el resguardo de las mujeres, manifestando que este
caso es un claro ejemplo de violencia machista y que tendría que ser
tipificado como tal.
Por último,
presentó sus alegatos el abogado defensor del imputado Pedro Pepe
Ortiz, quien luego de una larga queja por la participación social
que tiene el caso y las distintas audiencias del juicio, dijo que “al
final no sé de qué lo estoy defendiendo”, refiriéndose a que
todos obraban de jueces en el caso, sin saber siquiera cómo se
habían dado los hechos. El abogado Gabriel Pavón, le pidió al
tribunal que no se dejaran influenciar por lo que ocurría fuera del
juicio donde todos están “sedientos de venganza”, así mismo
manifestó que se vieron perjudicados en cuanto a la defensa por la
fuerte participación “de público” sobre los hechos y las
culpas. Además aseguró que fue un accidente, y que se trató de un
error, pero que no fue premeditado. Sino que el accionar de Ortiz se
trató de una situación límite. Por último les pidió a los jueces
que a Ortiz se lo juzgué por lo que hizo, pero no por todo lo que se
dijo y se dice “afuera”.
Antes de terminada
la audiencia, Pedro Ortiz le pidió al tribunal unos minutos para
decir unas palabras, el espacio fue concedido y en su momento el
imputado dijo que “muchos hablan de lo que hubiesen hecho en mi
caso, pero no es así, ahora con la cabeza fría pienso en ese
terrible momento que pasé” (remitiéndose a lo que su abogado
defensor hacía referencia). Además Ortiz dijo que Romina “murió
en mis brazos”, y agregó “¿qué ganaba yo matándola?”
aludiendo a su estrategia legal de haber sido el autor material por
dolo y no por culpa. Por último el imputado agregó un comentario
mal intencionado y fuera de lugar sobre quiénes son y cómo actúan
en la familia de la víctima, lo que generó malestar en la sala y
fuera del juzgado.
Al finalizar la
última audiencia de este juicio, el abogado defensor, Gabriel Pavón
era esperado por la familia y los amigos de Romina, junto a las
distintas organizaciones con cánticos y huevos en las manos, y la
misma suerte corrieron los policías que custodian desde aquel
febrero de 2015 a Pepe Ortiz, al momento de retirarse del tribunal
(incluyendo en esta última audiencia la formación de al menos 30
efectivos policiales, y al menos 15 de infantería). “Afuera”
como dice Pavón había docenas de personas que habían estado
escuchando uno a uno los distintos alegatos, y que como no podía ser
de otra forma reaccionaron abucheando lo dicho al tribunal
arrojándoles huevos.
Desde este diario
del juicio por el Femicidio de Romina Ríos nos preguntamos ¿A qué
le tiene miedo Ortiz? ¿A la presión social o a la verdad? Han
querido minimizar la lucha de Mary, la mamá de Romina, han intentado
acallar los gritos por justicia de las tías de Romi y de todo un
pueblo que está harto de que lo violenten, lo maten y lo
desaparezcan. Ni Gabriel Pavón, Ni Pepe Ortiz ni nadie va a callar
las voces de miles de mujeres que gritamos desde cada rincón de
América Latina: ¡BASTA DE MATARNOS! ¡NI UNA MENOS!
Que en Mary podamos ver la lucha, el empoderamiento y la fortaleza de
miles de mujeres que luchan contra el machismo y la violencia con la
que convivimos hace miles de años. Que en el abrazo a Mary y a toda
su familia, podamos entender que no estamos solas, que no son dueños
de nuestras vidas ni tienen el poder de decidir sobre ellas. Que en
Romina podamos ver la lucha por justicia de miles de mujeres que han
muerto y mueren en el silencio del patriarcado.
¡FUE FEMICIDIO!
¡JUSTICIA POR ROMINA!
(*)Frente Riojano
Antipatriarcal- Cooperativa Voces